Lunes, 7 de julio 2025
JUANA MORENO
LLATA, PRIMER GRITO LIBERTARIO DE 1777 -HUAMALÍES-HUÁNUCO
“La historia es la memoria de las naciones, para
un pueblo el recuerdo, un pueblo sin pasado es un pueblo sin memoria, inerte”
INTRODUCCIÓN
Normalmente las rebeliones no son consideradas dentro
de la historiografía peruana, ni los más preclaros historiadores como Paz
Soldán hace mención a esta insurgencia indígena ocurrido en Llata capital del
Corregimiento de Guamalíes.
Juana
Moreno la aguerrida luchadora de este tumulto es rescatada de un puñado de
valientes mestizos y criollos para iconizarla y darle un sitial ubicarla al lado de mujeres heroínas que ofrendaron su vida en pro de la
independencia. Para satisfacción nuestra hurgando la historia encontramos a
Juana Moreno en la galería de 22 mujeres Heroínas de la Independencia en el
libro del antropólogo llatino Dr. Abdías Jara Espinoza (2017) corroborado en la
monografía de dos investigadoras Érika Almenara y Nátaly Villena con ocasión
del bicentenario patrio, mencionan a : Micaela Bastidas, María Parado de
Belido, Ana Tomasa Tito Condemayta, Juana Moreno, Ventura Ccalamaqui, Rosa
Campusano, Manuela Sáenz, Matiaza Rimachi, hnas. Toledo entre otras.
MOVIMIENTO DE INSURGENCIA EN LLATA
En el siglo XVII, XVIII la organización política del virreinato
componía de intendencias, gobernaciones, corregimientos en Huánuco, Huamalíes,
Tarma, Conchucos, Huaylas, y Cajatambo.
El Corregidor, peninsular nombrado por el virrey para
administrar su jurisdicción, poseídos de una vorágine de poder, cometieron
muchos abusos con los indígenas, rescato un fragmento de Varallanos “Historia
de Huánuco”, Los informes de los remensuradores, visitadores y las crónicas
de los viajeros, no esconden este germen de la rebelión al calificar a esas
gentes como de “natural alzadas y muy dadas a la revuelta”.
Todos estos abusos culminaron con las exacciones del
Corregidor de Huamalíes don Ignacio de Santiago y Ulloa, hombre ambicioso y sin
escrúpulos, no tenía otra mira que hacer dinero, dando los cargos a sus
parientes y convirtiendo el corregimiento en su granjería. Era un hombre
déspota, orgulloso de trato duro con los indios y mestizos cobraba impuestos y
tributos, por concepto de tierras sembradas, por pastizales, por aguas de regadío,
por paso por un puente, por una puerta más que se obligaba a comprar sus
mercaderías duplicándolos, y triplicándolos a su antojo, y si no eran
cancelados al paso del recaudador.
Corroborando estas atrocidades, el escritor Willelmo
Robles Gonzales grafica lo recopilado: El Corregidor, Justicia Mayor presente
en Llata, maltrató un día al sacristán de la iglesia, faltó también al cura que
salió en su defensa y retornó al asiento de Quivilla (15 Km.) dejando a la
comunidad convertida en bomba de tiempo. Tratando de evitar que ésta estallara
cuando el Justicia volviera, el cura, por medios diversos, le había advertido
que postergara su próxima visita hasta
mejores días. No volvió el Justicia,
pero envió a sus subalternos.
Aquellos subalternos fueron el Tnte. Crnel. Domingo De
la Cajiga y Cap. Milicias Joseph De la Cajiga (Provincia de Huamalíes -Esbozos
Geohistóricos).
El 7 de
julio de 1777, con motivo de celebrarse
la fiesta patronal San Santiago, se congregó mucha gente y en esta ocasión,
llegaron también de Quivilla don Domingo
y Joseph De la Cajiga para aprovechar el cobro de tributos, alojándose en la
casa de Matías Ramírez esposo de Petrona Espinoza, ubicada en la primera
cuadra de la calle central, cerca a la
capilla de la Virgen del Carmen (lo que era casa de María Lafaex, hoy Comisaría
de la PNP), ante la mezquina e
inoportuna actitud de estos recaudadores que no entendían ruegos y súplicas del
pueblo, ante esta negativa se amotinaron
furiosos alrededor de la casa gritando y tirando piedras, al mando de Tadeo Guillén, Agustín Aguilar, Manuel Cayetano, JUANA MORENO y otros,
tomaron por asalto la posada de los Cajiga, empleando garrotes y puñales, no
obstante los Cajiga opusieron resistencia y amenazando de matar al Cura don Josef
Parrilla por considerarlo uno de los instigadores, pese a ello Joseph De la
Cajiga fue victimado y don Domingo De la
Cajiga en su afán de huir por la
ladera del cerro (hoy Jirpún) fue también muerto por la muchedumbre, y
arrastrado despiadadamente los cadáveres por las calles de la población,
repartiéndose sus armas, prendas de vestir así como destruyendo todo los
documentos (recibos) de la cobranza de los tributos.
Esta insurgencia continuó hasta el mes de setiembre
del mismo año, extendiéndose por los pueblos de Miraflores, Puños, Punchao,
Singa, Chavín organizándose en grupos
armados aprovisionados de armas y pólvora para atacar a las tropas del
corregidor Don Domingo de Santiago y Ulloa quien vivía en Quivilla. (apuntes de
la Dra. Luz Merino Jaimes con datos recopilados del archivo de la nación).
Detalla Varallanos: a Joseph De la Cajiga lo victimaron con su propia arma, luego de
haberse batido con Tadeo Guillén: que Agustín Aguilar, quitó las armas y
prendas de vestir a don Domingo, que la mujer Juana Moreno, había terminado de
victimar al mismo con su cuchillo; y que el mestizo Ramón destruyó los papeles y recibos de cobranzas de
los occisos, que Manuel Cayetano “habría chupado la sangre” de don Domingo, que
la casa donde se alojaron había sido apedreada, saqueada e incendiada por la
muchedumbre alzada, etc…”(1959-441).
El Corregidor Ignacio De Santiago y Ulloa en forma
precipitada y furtiva, huyó hacia Lima disfrazado de mujer por la ruta
Chiquián-Huacho. Al saberse en Lima de los trágicos sucesos y que la rebelión
se extendía por otros pueblos del corregimiento, alarmado el Virrey Guirior prepara
una expedición armada de 50 hombres que debía aunarse mas refuerzos de Tarma.,
al mando del Capitán de la Guarnición del Callao, don Juan Savage, acompañado
por su asesor el Jurisconsulto don Gabriel Gallo, las tropas represivas
ingresaron a Llata en el mes de setiembre, poniéndose a órdenes del Corregidor
interino Juan de Echevarría.
Aporta Fileno Dávila en su libro: Pese a la impiedad y
fiereza de las acciones de pacificación
los insurrectos continuaron organizándose, hasta que el 28 de
diciembre del mismo año, se produjo un
dantesco incendio en el pueblo de Quivilla, dejando en escombros 19 casas donde
se almacenaba armas, municiones, telas, hilos, ropas, tintes, coca y productos de manufactura del obraje, siendo
la quema con particular malicia sin poder conocer a los autores del dantesco incendio, quedando la firme
presunción responsabilidad de los tumultuados.
Varallanos acota: Según los referidos actuados
judiciales, los autores inspiradores y ejecutores principales del
“levantamiento” fueron: el Cura de Llata don Josef Parrilla, don Juan Salcedo,
Manuel Cayetano, Jorge Sánchez, José Arquíñigo (el conchocano), Agustín
Aguilar, Tadeo Guillén, Juana Moreno, Ramón el Mestizo o Barbero, Félix Jaimes,
Antonio Valdivia, Raymundo Estacio, Felipe Picón, Juan de Dios Montalvo, Matías
Ramírez, Raymundo Rojas, Antonio Espinoza, Antonio de Salas, Dionisio Rubina,
Juan Céspedes, y otros.
Savage y Gallo condenaron a más de 70, de ellos 13 a
la pena de muerte, 52 a prisión, por delitos de tumulto, sedición, homicidio y rebelión,
actos penados igual para mestizos e indios, actos que nunca fueron probados y
sin embargo injustamente y y arbitrariamente se les condena.
Los actuados de este sumario fueron elevados en estado
de “súplica” o apelación ante la Real Sala de Crímenes de Lima, conduciéndose a
la Real Cárcel de Lima a los siguientes condenados, mientras se resolvía su
estado de apelación.
Juan Salcedo condenado a destierro perpetuo a la Isla
de Juan Fernandez en Chile, por fabricar pólvora, Manuel Cayetano, Jorge
Sánchez, José Arquíñigo, Tadeo Guillen, Ramón Aguilar, Raymundo Estacio, Felipe
Picón, Andrés Livia, Juan de Dios Montalvo, Matías Ramírez, condenados a
presidio, Juana Moreno la ´única mujer condenada a muerte. Raymundo 4Rojas,
Antonio Espinoza, Dionisio Rubina, Félix Jaimes, Antonio Valdivia, Juan
Céspedes, condenados a pena de cárcel, Esta apelación permanece en la Corte de
la Real Sala de Lima abandonados sin resolver, los reos sin recursos con una
misera ración que cada 25 días se les asignaba.
Después de casi tres años los reclusos Jorge Sánchez,
José Arquíñigo, Agustín Aguilar, Tadeo Guillen, solicitan por escrito y por
intermedio de sus apoderados se agilicen sus casos, asi como lo hace Juana Moreno
que apela hasta en 3 oportunidades.
Como[ET1]
corolario de estos acontecimientos reconocemos que la historia de
nuestro pueblo al igual que la historia de todos los pueblos del mundo, se han
entretejido con la valiente participación y valiosa colaboración de las
mujeres. Juana Moreno y Petrona Espinoza
quién por ser esposa de Matías Ramírez y dueña de la casa donde hospedaron a
los Cajiga sus bienes fueron confiscados dejándola en completo desamparo y
miseria.
Finalmente, nuestro cálido homenaje y reconocimiento a
JUANA MORENO por su valentía y su estoico sufrimiento, nos deja un hermoso
legado de dignidad y valor.
Cabe precisar que este alzamiento se da 10 años antes
del levantamiento de Tinta, la rebelión en Huarochirí, posteriormente se dieron
en el asiento minero de Huallanca, la rebelión de Huánuco la manifestación de
cocaleros en el Monzón, etc. Por ello con justo derecho los Huamalianos decimos
“Llata cuna del Primer Grito libertario”
POR: Ernesto
Trujillo Amado
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