Domingo, 12 de noviembre 2023
DOMINICAL
Cultural
Reconstruir nuestra diversidad cultural es um legado que ayuda a construir un futuro con memoria e identidad cultural; y uno de esos cultoreses nuestro paisano y amigo Armando que hoy engalana nuestra edición dominical.
Alturas de un músico: Conozca a WILFREDO TARAZONA PADILLA WILFREDO TARAZONA PADILLA
Por:
José Antonio Vadillo Villa
07/11/2023 El músico es creador de la red Orquestando del Minedu y ha sido reconocido como Personalidad Meritoria de la Cultura 2023 por sus iniciativas de educación musical que incluyen a los niños con habilidades diferentes y a las personas privadas de libertad.
Sentado
en lo más alto del Huayna Picchu, desde donde el mundo es minúsculo frente a la
grandeza inca, leyó, de cara al viento, los versos de Walt Whitman en Canto a mí mismo.
El maestro
Wilfredo Tarazona Padilla recuerda clarísimo su segunda visita a la ciudadela
de Machu Picchu y los versos del poeta norteamericano. Fue en ese momento,
cuenta, cuando reafirmó su apuesta por seguir haciendo música en el Perú. “Todo
me inspira. Ese paisaje maravilloso, las cosas arqueológicas, la belleza… y
dije, me quedo aquí”. O como decía Whitman, “ganaremos esas alturas solo para
continuar adelante”.
“Yo
soy un obrero”, se define el maestro huanuqueño. Desde los noventa, su nombre
está asociado a un trabajo, “ladrillo a ladrillo”, por la música. “Solo hago mi
función”, dice el hombre que ha andado por todo el país promoviendo la
enseñanza musical.
“Hay otras personas que merecen la
distinción de Personalidad Meritoria de la Cultura”, que le otorgó el mes
pasado el Ministerio de Cultura (Mincul). “Lo que yo hago a diario es sin ánimo
de absolutamente nada”, dice.
Cuando en diciembre del 2009 subió a
recibir las Palmas Magisteriales del Ministerio de Educación (Minedu), pensó
que lo merecían mejor sus dos hermanas, que dedicaron toda su vida a la
educación de la primera infancia en un trabajo identificado con sus comunidades.
O a los tantos docentes que ha visto en todo el país enseñando en una misma
aula y una única pizarra a alumnos de multigrados. “Esa realidad, no ha
cambiado mucho. Ese premio se lo merecen esos maestros”, reflexiona.
Otra imagen. El pequeño Wilfredo tiene 8
años y avanza con un grupo cantando villancicos, desde el barrio de San Juan
hasta la iglesia de Llata, su pueblo. No olvidará nunca –él llevaba la primera
voz– las voces resonando en todo el templo. Fue un momento mágico. Desde
entonces, nunca dejó de hacer música.
En cuarto de primaria, se mudó a la
ciudad de Huánuco. Y en segundo de secundaria ingresó a estudiar piano en la
Escuela Regional de Música Daniel A. Robles. Luego, partió a Arequipa para
perfeccionar sus estudios de piano y canto. Y dio el salto a Lima donde postula
al Conservatorio Nacional de Música, donde a inicios de la década de 1990 se
iniciaría como docente.
Wilfredo Tarazona ha dirigido coros en
Lima, Trujillo, Arequipa, Cusco, Piura, pero la educación musical ha sido el
norte de su carrera. Otra de sus labores fue la creación del Ensamble
Instrumentos Tradicionales. Un elenco que registró dos álbumes con música
propia con instrumentos peruanos.
Ha dirigido orquestas en Bolivia, en México, en Brasil; y conoció al maestro José Antonio Abreu –fundador del Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas de Venezuela–, una de las personas que ha tenido mayor influencia en su trabajo. “Cuando yo le preguntaba, maestro, ¿en qué momento descansa? Y él me decía ‘en el descanso eterno’”.
“En el país se requiere de la educación
musical. Y yo como una persona dedicada a la música no puedo ser indiferente”,
dice. Para él, toda la sociedad debe de movilizarse para que todos los niños
del país tengan acceso a la música.
¿Por qué es tan importante la música?
“Por todos los beneficios que da. La actividad musical activa el funcionamiento
de redes neuronales. Entonces, esas posibilidades las deben de tener
absolutamente todos los niños del país sin excepción”.
Parte de ese sueño, de llevar
democráticamente la enseñanza musical a todos, lo ha hecho realidad a través de
Orquestando, que también nació de otra inspiración: cuando estudiaba dirección
de orquesta en Sao Paulo, en 1999, una compañera de estudios le invitó a un
concierto donde ella dirigiría a 120 niños.
“Me dije cuando regresé a mi país voy a
hacer lo mismo. Y empecé ese mismo año, 2001, tocando puertas, pero en el Perú
hay que asumir el reto de hacer las cosas. Es lo que he aprendido: si quieres
hacer tal cosa hazlo tú. Es lo que le digo a los jóvenes.”
Así dio vida a la primera Orquesta Sinfónica Infantil. Él mismo comenzó a conseguir recursos junto con los padres de familia, para los instrumentos, las partituras, los atriles. Luego, logró un espacio en los sótanos del entonces Instituto Nacional de Cultura (hoy, Mincul). Y la Orquesta Juvenil se oficializó como uno de los elencos y hoy es la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario.
En el 2008, toca las puestas del
Ministerio de Educación (Minedu) y se funda la Red Nacional de Orquestas Sinfónicas
y Coros Infantiles y Juveniles. Fue una gran época para la red, recuerda, se le
brindó al proyecto una infraestructura propia (la Casa de la Música, en
Miraflores) donde realizaron clases maestras, talleres, seminarios, conciertos…
una vida musical que se extendía desde la mañana hasta la noche, y de lunes a
domingo, recuerda. Incluso se desarrolló la ópera joven.
El sueño del maestro es que cada región
tenga un núcleo, por lo menos, de Orquestando. “La idea es que no sea una
política de Gobierno, sino parte de la estructura educativa del Estado”, dice.
Tarazona es un
hombre de fe. Y está convencido de que “la educación musical es
transformadora”. Justamente, el Inpe promovió que se le entregue el
reconocimiento como Personalidad Meritoria de la Cultura 2023, por su labor y
compromiso con los centros penitenciarios, donde Tarazona ha fomentado la
creación de coros y elencos musicales.
“El ingreso a la educación musical de los privados de libertad es una propuesta muy importante en la cual están comprometidas las autoridades porque las estadísticas lo señalan: de todos los internos que salen, hasta ahora, los salidos de Orquestando el 100% han sido reincorporados a la sociedad, no han vuelto a los penales. Es una muestra que la educación musical funciona en el cambio en la resocialización”, dice.
Destaca el empeño de los presos, quienes
“son altamente disciplinados, muy ordenados porque ven en la música una
oportunidad de cambio”.
Vamos resumiendo su curriculum: más de 30
años como docente del Conservatorio (hoy Universidad Nacional de Música), dos
veces director de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Nacional de Música y
fundador de la red Orquestando del Ministerio de Educación, con sus tres
líneas, la educación musical de niños y adolescentes de la educación básica
regular; la de alumnos de la educación básica especial y la de personas
privadas de su libertad.
Desde hace una década, Wilfredo Tarazona
dirige la Orquesta Escuela de Música Solideo, con un grupo de jóvenes egresados
de la UNM, que dan clases gratuitas de música y coros a 300 niños de escasos
recursos económicos de Villas de Ancón, una iniciativa que comparte con el
sacerdote salesiano Hugo de Chelsea.
Además, ha fundado la orquesta
Bernardo Alzedo y el 8 de diciembre los dirigirá en un concierto gratuito en el
teatro Segura con un repertorio del compositor finlandés Jean Sibelius. Y para
el próximo año quiere reactivar el trabajo junto a los 32 músicos de la
Orquesta de Instrumentos Tradicionales con su sonoridad tan peruana. Su meta es
ampliar el repertorio instrumental a que abrace a las 48 lenguas originarias
del país.
La agenda de Tarazona carece de vacíos.
De lunes a lunes está copada de clases, conciertos, reuniones, viajes por todo
el país como gestor cultural convenciendo a autoridades sobre las bondades de
la educación musical.
A sus 69 años, soltero y amante de la
poesía, le preguntamos si ha cumplido con las metas musicales que se trazó.
“Estoy en una etapa, por la misma edad, de consolidar; que todo exista sin mí,
que funcionen solos. Por eso, falta que Orquestando sea una política de Estado.
Por mientras, sigo trabajando como si me faltaran vivir 100 años más”.
“Una de mis grandes preocupaciones es que
no existe la educación musical en el país. El curso de música no está insertado
en la malla curricular, entonces los estudiantes salen del colegio sin tocar un
instrumento. O no pueden tener una performance de danza básica. Y Howard
Gardner, entre las ocho inteligencias, señala la inteligencia musical, importante
desde el vientre materno. Entonces, debe de tener un espacio importante en la
vida cotidiana”, finaliza.
FUENTE: El Peruano
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