domingo, 13 de septiembre de 2020

ORBITA HUAMALIANA

Domingo, 13 de set 2020
DOMINICAL
Historia de Huánuco
Preámbulo: La Provincia de Huamalíes próxima a cumplir su bicentenario de creación política, en cuya bitácora encontramos hechos históricos importantes (gracias a la gentileza de Napureq  el infatigable promotor turístico de la región,) que todo huamaliano debe conocer y valorar su legado histórico. Normalmente los pueblos perennizan y honran a sus héroes con monumentos, poniendo el nombre a sus plazuelas , calles o instituciones  como lo hacen en México, otros pueblos del  Perú. Qué  pena los pueblos huamalianos  han olvidado de sus precursores, de aquellos panatahuas, chupaychos, shukuys que combatieron, a quién sicuchco se le ocurrió poner el nombre de Gómez  de Alvarado un conquistador abusivo como lo hay un colegio en Tingo Maria, Japon en Llata. El crecimiento  demográfico  obliga a crecer la ciudad y no vemos el nombre de una calle con nombre de héroes huanalianos. Que Ignominia.

EN HOMENAJE AL DÍA DE LA DIGNIDAD HUANUQUEÑA (14 DE SETIEMBRE) COMPARTIMOS LA PUBLICACIÓN "ACCIONES REALIZADAS POR NOLBERTO HARO AUTÉNTICO LÍDER DE REVOLUCIÓN DE HUAMALÍES 1812"
Por: Luis Marino Serrano Anticona

Al producirse la toma de la ciudad de Huánuco por los indígenas y mestizos de Huánuco, Panao y los pueblos alrededores, además del triunfo de los patriotas en el primer encuentro en Ambo el 4 y 5 de marzo de 1812, el general Juan José Crespo y Castillo cree conveniente tener hombres de confianza para continuar la lucha emprendida. El alcalde de Pampas, Norberto Haro (natural de San Pedro de Cani), fue comisionado de llevar las cartas, arengas y proclamas del máximo líder Crespo y Castillo también llamado “Rey Castelli Inca” a la jurisdicción del partido de Huamalíes, hasta el pueblo de Chavinillo.
Norberto Haro apodado “Tupa o Topa Amaru” al llegar a Chavinillo explicó ante el alcalde Antonio Ambrosio su presencia pidiendo su integración a la lucha; este sin dudar aceptó y planificaron el modo de como propagar las cartas por todos los pueblos del partido de Huamalíes eligiendo el sistema de chasqui (correo, persona de relevo) para reducir el tiempo. Haro decide volver a Huánuco para proseguir las coordinaciones con el Rey Castelli; pocos días después los pobladores de Huamalíes le escribieron una carta al máximo líder pidiendo refuerzos.
El pronunciamiento de los pueblos por la causa liderada por el general Crespo y Castillo, se hizo en este orden: Pampas, Marías, Chuquis, Chupán, seguido por Yanas, Obas, Cahuac, Chavinillo, Choras, Huangrín (Huarín), Jivia, Sillapata, Rondos y Jesús, liderados por sus respectivos alcaldes; Pachas, no se sumó abiertamente al movimiento, porque juntamente al movimiento con Aguamiro, Ripán y Llata, constituía el baluarte de los Chapetones.
El historiador Víctor Nieto Bonilla (2014:106-107) señala las acciones realizadas por el Intendente de Tarma para atenuar el levantamiento de los insurgente de los pueblos del partido de Huamalíes: “Mientras tanto los realistas con la jefatura del intendente José Gonzales Prada, diseñaron la estrategia de guerra por dos rutas tal como lo recomendaban al virrey en las cartas 2 y 5 de marzo de 1812. Para ellos se tenían que actuar con estrategía, manejo misterioso de los indios de Choras, Chavinillo, Cagua, Obas y Chupan de sus indagaciones de estos se acordó con las juntas se cobran con doscientos hombres los pueblos de Margos, Yacos hasta el de Choras y cuatrocientos de Chavinillo, Cagua, Obas y Chupán mantenidos en alto de los partidos”.
El investigador Willelmo M. Robles Gonzáles (2008:91) menciona las acciones realizadas por los indigenas en el momento de la insurrección: “Aunque el procedimiento cardinal de los insurrectos según las órdenes del General Crespo y Castillo debía de consistir en perseguir a los chapetones, apresar y conducirlos a Huánuco o matarlos, aquellos se dedicaron en cada lugar, a saquear e incendiar casas sin discriminación algunas. En realidad, faltos de una verdadera organización militar, los indígenas se mostraron incontrolables”
El día 10 de marzo, se manera secreta se reunieron el Sargento Primero de las milicias urbanas del regimiento de Pachas Pío Quinto Miraval, el comandante de la expedición patriótica Norberto Haro y el sacerdote Tomás Nalvarte. Haro enterado de la rivalidad que tenía con el subdelegado Manuel del Real por temas de negocios, solicitó a Pío Miraval su adhesión a la lucha emprendida para vencer y despojarlos de sus tierras a los chapetones, además le ofreció la subdelegación y ser juez del partido de Huamalíes y acabar con el dominio realista. Pío Miraval aceptó la propuesta y con Haro coordinaron realizaron incursiones por los pueblos de Aguamiro, Ripán y Llata, sede del Partido de Huamalíes.
Hacemos transcripción de la proclama y el mensaje levantista enviado por el General Crespo y Castillo a los pueblos de Huamalíes, publicado por el profesor Estelio Fabián Paucar (2009:105): “Hace más de trescientos años que los chapetones os tienen esclavizados y usurpados este reino, después de haber asesinado cobardamente a nuestro inca Atahualpa. Ellos os dominan y se hacen dueños de la plata de los naturales. Preparaos con vuestras hondas y vuestras reguis para el alzamiento que nos hará libres. Su afectísimo General Castillo”. Proclama original en quechua (traducido al español).
Huánuco, marzo 10 de 1812
Señores Alcaldes:
“Hijos amados dirijo ésta a ustedes para que con mayor sigilo y vigilancia se comuniquen con todos los pueblos y haciendas del Partido de Huamalíes despojar a los chapetones, estén bien a la mira cuando vengan a esta ciudad, para atajarlos en los cerros, a punta de golpes. También advierto que no se toquen a los señores sacerdotes, los templos y a nuestros paisanos; entre nosotros nos amaremos, como hermanos, en los tratos y comercios. Del mismo modo se le tiene dado a todos los pueblos de este partido de arriba; lo mismo estamos nosotros pronto para favorecer a ustedes en cuento sepamos lo que ocurre, y mando su afectísimo general Castillo…”
El profesor Eustelio Fabián Paucar (2009:107) describe las acciones realizadas por Crespo y Castillo al escuchar el pedido por los pueblos de Huamalíes:
“Atendiendo lo solicitado envió delegados de la junta: Francisco Pérez, Ignacio Rodríguez Carlos Huaynate, Lázaro Ascanio, Bernardo Abad, Manuel Coz, Polonio Espinoza, Pedro Nolasco, Carlos León y otros, para reducir a los pueblos de las Doctrinas de Baños, Pachas, Jesús, Chavinillo, Ovas, Chupán, Cahuac, Marías, Quivilla, Yanas y Aguamiro”
La lucha insurgente en el Partido de Huamalíes consistía en desterrar a los españoles, repercutiendo el mensaje “Viva el Inca Castelli”, “Viva Crespo y Castillo”, “Mueran los chapetones” de forma masiva en los pueblos de Pachas, Chupán, Obas, Chuquis, Sillapata, Cosma, Chavinillo, Rondos, Cáhuac, Aguamiro, entre otros, por lo que se agregaron masivos indígenas en compañía de sus alcaldes y se desplazaron para capturar al subdelegado don Manuel del Real.
El historiador Víctor Nieto Bonilla (2014:106-107) nos explica: “Estas poblaciones, en su desplazamiento, causaban destrozos a las propiedades y desahogaron sus instintos de odio con crueldad, codicia y destrozos a sus casas de los hacendados, comerciantes y obrajeros. Asi como también actuaban prendiendo y saqueando.
La expansión de los indígenas fue masivo para expulsar a los chapetones que no había ningún pueblo que no estaba de acuerdo y esto fue más intenso por los indígenas de Marías, Chuquis, Yanas y que los dichos Marias y Chuquis se presentaron en día cuatro de marzo en Quivilla, Patay Rondos, Sillapata, Cagua, Huarin, Jivia, Pachas, Puquio, Cosma, Caramarca. De igual manera se incorporaban los indígenas de otras localidades de Baños, Cauri, Obas, Margos, Yacos, Aguamiro y Ripán. Ese fue el objetivo de los insurgentes: arribar a la ciudad de Llata, sede del dominio político de las autoridades del partido de Huamalíes.
Mientrás tanto, al tener conocimiento del avance de los indígenas, el subdelegado Manuel del Real, opto por fugar de la ciudad de Llata, cediéndose la autoridad de preservar la seguridad al sargento Pio Quinto Mirabal, quien trato de contener el movimiento en Aguamiro, pero fue vencido. Los impases superados a favor de los indígenas”
Estos delegados enviados a reducir los pueblos de las doctrinas del Partido de Huamalíes, fueron dirigidos por Norberto Haro. En la ciudad de “Llata se instituyó una junta de guerra particularmente, los alcaldes de los pueblos. Ello formó capitán general Norberto Haro y como sus inmediatos tenientes a Vicente Estacio, José Atanacio, José Briceño, José Lucas, José León, Andrés Jara, Juan Ignacio, Santos Valero, Bernardo Inga, Agustín Tucto, Mariano Herrera, Pedro Nolasco, Toribio Peña, Victoriano Soto, Atanacio Ambrocio, Santiago Espinoza, Lucas Serrano y la junta acordó nombrar como subdelegado a Pío Mirabal” (CDIP, t. III, vol 3, 1971:193).
El profesor Estelio Fabián Paucar (2009:105) nos explica la grandiosa concentración de delegaciones de Huamalíes por la causa patriota en el Puente de Pachas: “El 15 de marzo de 1812, aproximadamente entre 8:00 a.m. y 10:00 a.m. se apostó una gran multitud de insurgentes en la margen derecha del río Vizcarra, junto al histórico puente de Pachas, conformado por las delegaciones de los pueblos de Marías, Chuquis, Yanas, Sillapata, Puquio de la doctrina de Pachas; Chupán, Chavinillo, Obas parte baja y parte alta, Cahuac, Choras, Shuliaco, Cosma, Rondos, etc. de la doctrina de Baños, con la finalidad de solicitar la adhesión de los pueblos de Aguamiro, Ripan, Puquio y Pachas. Las delegaciones portaban banderas; lanzaban consignas: ¡La mama Pacha es de los hijos del sol y no de los chapetones! ¡Muerte a los chapetones! ¡Muerteeeee…! Al promediar el medio día se observaba alrededor de 2000 insurgentes en las faldas del cerro desde Alpayacu hasta el puente de Pachas”
El profesor Emiliano Flores Trujillo en su folleto “Revolución de Huamalies 1812” menciona:
“El segundo grupo o agrupamiento salió desde el pueblo de Chupán, bajo la conducción del capitán general Norberto Haro y sus quince lugarteniente del pueblo de Cani, más el alcalde José Lucas, y otros capitanes y abanderados nombrados. Los revolucionarios marcharon apenas armados de algunas escopetas, hondas o riquis y palos. Este grupo salió de Chupán el día domingo 15 de marzo de 1812, bajaron al puente Pichichín, puente sobre el río Marañón, luego ascendió al pueblo de Obas donde se incorporaron los de este pueblo y, finalmente, acamparon y pasaron la noche en Pariancas, pueblo ubicado a mayor altitud".
“En este lugar, el sacerdote Jose Ayala los esperó para avisar que el subdelegado y los chapetones se hallaban en Aguamiro, y que debían acelerar la marcha a fin de atraparlos y castigarlos, para que abandonen de inmediato dicho lugar. En Pariancas fueron también alcanzados por los insurgentes venidos de Cagua (actual Cahuac). Finalmente, todos juntos, el día 16 de marzo se dirigieron a Aguamiro hallando que la ciudad ya había sido ocupada el día 15 por los de Marías y otros pueblos que conformaron el primer agrupamiento de la expedición revolucionaria en Huamalies”
El historiador José Varallanos (1959:475) nos detalla las acciones realizadas por Norberto Haro contra el subdelegado de Huamalíes don Manuel del Real, quien se encontraba refugiado en Aguamiro:
“Siendo éste el estado de los acontecimientos, llegó a Chupán don Norberto Haro, asesorado por su segundo Bernardo Abad y 15 capitanes; tomando la dirección del movimiento desde el 15 de marzo. De Chupán, Norberto Haro se dirigió a Obas, cuyos hijos lo esperaban en los altos de Pariancas, camino a Huánuco el Viejo y punto de reunión de los Chuquis, Marías, Chavinillo, Cahuac, Sillapata, Rondos, para atacar Aguamiro, donde creían se encontraba el Subdelegado y sus tropas, quien al saber que se acercaban 5.000 indios y mestizos de guerra al son de ‘tambores y con banderas coloradas’, huyó a Jivia y a Jesús, donde fue apedreado, para finalmente refugiarse en Huallanca, disolviendo sus fuerzas. Los rebeldes tomaron Aguamiro y Ripán (La Unión) y los saquearon. Días después pasaron por Pachas hacia Llata donde se había organizado la resistencia en favor de los “chapetones”; allá llegaron el 19 de marzo y lo tomaron y saquearon, desde la primera a la última casa”.
El profesor Emiliano Flores Trujillo en su folleto “Revolución de Huamalies 1812” nos da referencia la ocupación de Aguamiro:
“La ciudad de Aguamiro era una residencia de los españoles o chapetones, porque allí funcionaba un obraje tan igual que los obrajes de Quivilla y Chuquibamba y los asientos mineros de plata de Huallanca y Queropalca. Cuando hubo el saqueo e incendio de Quivilla por los indios de Marías, Chuquis y Chupán, el subdelegado Manuel del Real y su ejército de guardaespalda y represivo se hallaban en Aguamiro. Pero al conocer los desplazamientos de los indios , tanto de Marías y Chuquis como de Chupán y Obas, el subdelegado Manuel del Real y su gente se retiraron a Huallanca y de allí a Cajatambo. De manera que el primer grupo de Marías y Chuquis, y más del segundo grupo de Chupán y Obas, hallaron a la ciudad abandonada por los españoles. El grupo de Marías arribó a la ciudad el 15 de marzo y la gente saqueó las casas de los españoles”.
“El segundo grupo de expedicionarios dirigido por Norberto Haro y más quince capitanes del pueblo de Cani, grupo conformado por los pueblos: Chupán, Obas y Caguac, arribaron a Aguamiro el día 16 de marzo, y no fueron partícepes de los saqueos de las casas ni de la repartija del tesoro hallado. Sobre el arribo del segundo expedicionario, aclara José de la Cruz del pueblo de Obas: “[…] el día dieciséis de marzo (de 1812), que el dá antes ya habían entrado allí (Aguamiro) los indios de Marías, Chuquis, Yanas y Sillapata, quienes habían robado todo cuanto encontraron en todas las casas, y que el Capitán General (Norberto) Haro mandó a sacar de la iglesia tres petacas” (CDIP, t. III, vol 4, 1971:527)”
El profesor Estelio Fabián Paucar (2009:105) describe la reunión de los patriotas en el pueblo de Pachas y su pedido de adhesión a la lucha emancipadora:
“Desde las primeras horas de la madrugada del día 17 de marzo de 1812, se concentraron en la plaza de armas de Pachas las delegaciones insurgentes de los pueblos de Marías, Chuquis, Chupán, Chavinillo, Obas, Cahuac, Choras, Cosma, Rondos, Yanas, Sillapata, Puquio, etc.; al promediar 10 y 11 a.m. la plaza estaba colmada de una grandiosa multitud de patriotas insurgentes. Realizaron una asamblea, donde exhortaron al pueblo su adhesión e informaron que los chapetones ya no tenían poder en esta regi´pn; arengaban consignas: ¡Muerte a los chapetones! ¡Muerteeeee…! En Pachas no hubo saqueo porque todo estaba pactdo con el sargento Miraval y el religioso Nalvarte. Concluido la asamblea se abastecieron de aguardiente, coca, tabaco y alimentos (fiambre) para continuar el viaje a Llata, sede del partido y corregimiento de Huamalíes. Aproximadamente a las 3:00 pm. Partieron tomando dos rutas: una por Rondobamba, Ismu Cruz, Maraytaca, Pampacancha, Cachca y otra por la ruta de Oshgush, Irma y Pampa de Carmen, para evitar la huida de los Chapetones, hacía el partido de Conchucos y a la selva. Pernoctaron en los alrededores de Llata”.
En la mañana del 18 de marzo, los sublevados ingresaron a Llata por diferentes rutas, pero ya sus autoridades y sus habitantes en su mayoría habían escapado por el aviso del cura Juan Raymundez de la Dosctrina de Pachas; algunos cuantos ciudadanos fueron conducidos a la Plaza, a los que se oponían se les degolló y a otros se les condenó al garrote. Mediante cabildo pidieron a su adhesión y apoyar la lucha en contra de los chapetones. Fueron saqueadas sus viviendas y comerciales, incluso marcharon hacia las haciendas y estancias lejanas, llevándose todo el ganado que encontraban. Incluso arrasarón con las posesiones de Pío Miraval y de su familia. Dichos saqueos fueron paseados por los tarde por Pachas, Marías, Chuquis, Chupán, Obas, Yanas, Sillapata. Es posible que Pío Miraval al estar enterrado (por avisado de sus repunteros) de los actos en contra de su patrimonio cambie sus ideas y decida traicionar a Norberto Haro.
Sobre el particular el profesor Augusto M. Cóndor Janampa (2012) en su publicación “Batalla de Huayaupampa” continúa explicando dichas acciones y la captura de los caudillos de la insurrección:
“Después de haber tomado y saqueado a la Unión (Aguamiro y Ripan) los rebeldes pasaron por Pachas, que se sumó a la causa, hacia Llata, ciudad que fue tomada el 19 de marzo de 1812. En Llata se organizó una junta de Guerra, donde fue nombrado Capitán General Don Norberto Haro, La junta nombró como subdelegado del Corregimiento de Huamalies a don Pío Miraval, pachasino que había decidido luchar por las justas aspiraciones de la revolución. Pero los indios se olvidaron de sus objetivos era luchar en contra los españoles que estaban en estos pueblos, ello se dedicaron al saqueo y atacarse los unos a los otros, movidos por rivalidades lugareñas. Una vez que regresaron los insurgentes, Pio Miraval fue enemigo principal de la revolución, luchó a favor de los españoles”.
El capitán general Norberto Haro y sus tres salvaguardias fueron victimas de una trampa planeada entre el sargento Pío Miraval y el cura Juan Raymundez; pues cuando retornaban de Llata fueron atajados por Pío Miraval, quien les invito a cenar a su casa, el líder confiado aceptó; mientras probaba los alimentos, fue capturado por 10 hombres armados, al parecer naturales de Obas que cumplían órdenes del cura Juan Reymundez, tanto Haro y sus salvaguardias fueron encarcelados con grilletes. El sacerdote Tomás Nalvarte tras enterarse de lo sucedido, envió un mensajero para avisar a los patriotas que volvían de Llata, que Haro había sido traicionado, pero el mensajero no pudo alcanzarlos pues los patriotas habían caminado rápido con dirección a sus respectivos pueblos.
Entonces Nalvarte decidió enviar comunicados a los pueblos de Yanas, Sillapata, Marías, Chuquis, Chupán, Obas, etc. para que incursionen a Pachas y liberen al líder Haro. Estos pueblos coordinaron su viaje de retorno a Pachas y al llegar al puente este se encontraba vigilado por las tropas de Pío Miraval, eran 300 hombres bien armados. Con el pasar de tres días, los patriotas iban en aumento, por lo que Pío Miraval ordenó cortar el puente. Al no poder cruzar el río debido a su fuerte caudal, la falta de armas de fuego y las noticias de la derrota de las tropas de Crespo y Castillo en Ambo, los huamalianos desistieron de su cometido.
Los sucesos levantistas en Huánuco y Huamalíes fueron comunicados al Gobernador e Intendente de Tarma don José Vicente González de Prada quien los hizo saber al 38° Virrey don José Fernando de Abascal y Sousa (1806-1816) a través de un documento de fecha de 26 de febrero de 1812, quien a su vez mediante documento de fecha de 2 de marzo de 1812 dispone que el Intendente, saliese en campaña y realice cuanto fuera necesario para el pronto restablecimiento del orden y la tranquilidad en los pueblos alzados, autorizándole para los gastos a realizarse durante la pacificación de toda la región. Recomendándole que la expedición constase de 600 hombres, éste acatando las instrucciones salió a enfrentarse a los patriotas.
De la capital de la Intendencia la Villa de Tarma, se dirigió a Cerro de Pasco y de esta localidad por la quebrada de Huariaca marchó al pueblo de Ambo donde estaban ya aguardando los patriotas huanuqueños, destacaron también: Manuel Beraún, Antonio Flores, Gregorio Espinoza, Fray Marcos Duran Martel. Crespo y Castillo decretó movilización general para enfrentar a los españoles y salieron a campaña hasta mujeres y muchachos, con dirección a Ambo; antes de que las tropas del Rey llegasen a dicho lugar.
El ejército insurgente, de 3 a 4 mil hombres, poco más o menos formado, en su mayoría por indios chupaychus y panatahuas en cuyas filas se contaban hasta ancianos, mujeres y niños armados de hondas, palos, lanzas unos 100 fusiles y dos cañones de maguey. Los mestizos huanuqueños fueron los que manejaban los fusiles y cañones. El día 16 de marzo, González de Prada arribó a Ambo con 500 hombres y 4 cañones, en Ambo recibió varias comunicaciones de la Junta de Huánuco, entre las que se expresaba que si pasaba a aquella ciudad, 5000 hombres resistirían su marcha. En las primeras horas del día 18, los patriotas se acercaron a inmediaciones del puente tratando de defender, pero los realistas pasaron el puente e hicieron retirar a los patriotas los cuales se dispersaron y otros huyeron a refugiarse.
El Intendente González de Prada tras vencer al líder de revolución Crespo y Castillo, en la ciudad de Ambo, tomó posesión de la ciudad de Huánuco el 21 de marzo, restableciendo el orden y tranquilidad, después de descansar, reorganizó el ejercitó de Fronteras Disciplinadas de Tarma, llamado “Ejército de socorro”, al mando del Comandante y Juez militar Miguel Francisco Maiz y Areas; y el Capitán Tomás Mendizábal; con 250 hombres y 2 cañones. Dicha expedición realista salió el 29 de marzo con dirección a los pueblos de Huamalíes, tomando la ruta Higueras, Huancapallac, Chasqui, Ayapiteg, Llicllatambo, Chacabamba, Cáhuac, Shulluyacu, Cochamarca, Pariancas, Sillapata y Puente Pachas, donde descansaron el día 31 de marzo.
El comandante Maís y Arcas tomó posesión del pueblo de Pachas el 1 y 2 de abril de 1812, estableció su cuartel general y una sala de juzgamiento para procesar a los reos que se encontraban en la real cárcel. Se reunió secretamente con el cura Juan Raymundez, y con el sargento Pío Miraval para tomar acuerdos y tácticas para capturar a los sospechosos. La sala de juzgamiento estaba compuesto el juez Maís y Arcas, el protector de los naturales Manuel Cevallos y el escribano Toribio Figueroa, con la presencia del cura Raymundez y el sargento Pío Miraval, el primero como papel de juez eclesiástico y el segundo en defensa de sus intereses.
El profesor Augusto M. Cóndor Janampa (2012) continúa:
“El Comandante Maíz Arcas estableció su cuartel general en Pachas, donde encarceló y enjuició a los principales dirigentes de la revolución una vez indicado los principales inplicados fueron conducidos a la ciudad de Huánuco, entre ellos fue Pío Miraval, el Alcalde de Pachas Juan de la Cruz Vilca, 4 cabecillas pachasinos, José Suárez, Juan de Dios Esteban, Ignacio Nazario y José Huanca, juntamente con Haro, 4 españoles, 6 mestizos y 41 indios. Los prófugos pachasinos fueron: Andrés Bravo y Hermenegildo Ambrosio”.
El profesor Estelio Fabián Paucar (2009:116) sobre la recepción de solicitudes, manifestaciones de los reos y arresto de Pío Miraval destalla:
“El 3 de abril de 1812, se inició la recepción de solicitudes de descargo de los reos que se hallaban en la Real Cárcel de Pachas, en el que además se realizó el interrogatorio de los reos, declaraciones de los testigos, comparecencia de los supuestos reos ausentes. Aquellos que no sabían hablar español lo hicieron por medio de intérpretes del regimiento de Pachas. Pío Miraval resultó reo de primera criminalidad por ser cómplice directo de la insurrección y por haber coordinado y planeado con el capitán de los alzados Norberto Aro y el cuaresmero Tomás Nalvarte. Fue acusado por más de 20 testigos. Pío Miraval (…) fue arrestado el 14 de abril de 1812 por haberse encontrado causales sufientes en su contra como insurrecto, según declaraciones de testigos, inclusive de sacerdotes (…) decretando su arresto y el embargo de sus bienes; hizo afectivo el arresto de Pío Miraval don Ramón Hernández, teniente de dicho regimiento diputado de segundo voto del asiento de Huallanca”.
Concluido el proceso investigatorio de los reos de mayor peligrosidad y culpabilidad, fueron conducidos a Huánuco el 11 de mayo de 1812, entre ellos Don Domingo Berrospi, los presbíteros José Ayala y Tomás Nalvarte; Norberto Haro, Berardo Abad, oriendos de Huánuco; Juan de Dios Esteban alcalde ordinario de Pachas, Juan de la Cruz Vilca alcalde de campo de Pachas; Pío Miraval, Ignacio Nazario y José Huanca, ciudadanos de Pachas; Lucas Serrano alcalde Rondos; Marcos Sánchez alcalde de Punchao; José Lucas alcalde Chupán; José Amancio alcalde de Chuquis; Vicente Estacio alcalde de Marías; Toribio Andrés Huertas Peña alcalde de Sillapata; Victoriano Soto alcalde Cosma; Antonio Ambrosio alcalde de Chavinillo; Santiago Espinoza alcalde de Cáhuac y otros mestizos y naturales que sumaban 50 reos.
El profesor Estelio Fabián Paucar (2009:119) nos describe las acciones que realizó el Intendente de Tarma José Gonzáles Prada y el fallo dictado por Sala de Crimen de la Audiencia de Lima a los procesados por dicha revolución:
“El diligente gobernador intendente tomó personalmente las declaraciones de los 50 reos procesados y cientos de testigos para determinar la culpalibilidad de los excesos cometidos durante la insurrección en Huánuco, Panatahuas y Huamalíes, el proceso de juzgamiento duró 2 meses, después del cual se puso a muchos en libertad bajo fianza; los que resultaron culpables formaron expedientes muy voluminosos, especialmente los sublevados en Huamalíes. (…) José Gonzáles Prada, remitió ante el rey expedientes de los reos que resultaron de mayor culpabilidad en la sublevación, para que la Sala de Crimen de la Audiencia de Lima expida la resolución final. La referida Sala emite su fallo el 27 de julio de 1812; condenando en el siguiente orden: a Juan José Crespo y Castillo y José Rodríguez a ser fusilados; a Norberto Aro a la pena ordinaria de muerte de garrote; a Fray Marcos Duran Martel a deportación perpetua a la península Ibérica y a prestar servicios en un hospital; y otros confinados en el presidio del Castillo del Real Felipe en el Callao de 8 a 10 años de prisión (…)”.
El profesor Luis F. Iglesias Berrospi (2003:102) nos explica las condenas impuestas a los caudillos de la provincia de Huamalies:
“Los líderes, don José Atanacio Céspedes, Vicente Estacio y José Lucas, fueron condenados a la prisión del Real Felipe del Callao por un lapso de diez años, Manuel Reyes conocido por Loco el Arrendador, José Miraval; Juan de Dios Esteban alcalde de campo de Pachas, Lucas Serrano de Rondos, Marcos Sánchez de Punchao, Juan de la Cruz Vilca de Chupán, Toribio Peña de Llata. Andrés Huerto del mismo pueblo, Antonio Ambrosio alcalde de Chavinillo, a ocho años en la misma cárcel; Berardo Abad, Miguel Matos. Julián Ortega, Juan Dimas, Mariano Valdivia, Manuel Concha, Nicolás Charri, castigados a dos años de trabajo en el socavón de Cerro Yauricocha a trabajar sin sueldo, privados de ejercer oficios de la república por su rebeldía. Y a José Briseño, a un año en el mismo socavón: a mismo lugar también a los indios: José Súarez Usunia, Antonio Mallqui, Santos Valerio, Julián Gaspar, Asencio Briseño, Agurtín Justo y su hermano Manuel, Roque Trujillo, Santos Tello, Pedro Cabello, Francisco Cabello de Obas, Hipólito Gómez, y Victoriano Soto, también espacio de un año. El mismo fin tuvieron los demás cabecillas, autores y culpables de la rebelión, aliados entre los pueblos vecinos de Marías, Chupán, Yanas, Pachas, Sillapata, Obas, Cahuac, Chavinillo, Rondos, Patay Rondos, Jesús, Cosma, Jivia, Choras y Huarin respectivamente”.
El capitán Norberto Haro fue ejecutado a la pena del garrote en la plaza mayor de Huánuco en la mañana del 14 de setiembre, donde también fueron fusilados José Rodríguez y Crespo y Castillo (capturado en las montañas de Zapan Chinchao por Juan Martín Yabar). Tanto José Rodríguez como Norberto Haro estaban serenos en sus ejecuciones; mientras Crespo y Castillo enfrentó a la muerte con arrogancia enunciando las siguientes palabras: “Muero yo, pero mil se levantarán para ahorcar a los tiranos ¡Viva la Libetad!”; siendo sus restos arrojados a la zona deshabitada de Moras. Los bienes de los tres ejecutados fueron confiscados, sus nombres poscritos y sus domicilios arrasados y sembrados de sal. En cuanto a Obas, damos mención de los siguientes héroes: Hipólito Gómez, Pascual Espíritu, Juan Policarpo, Mariano Herrera, Pablo Cabello, Francisco Cabello, José Basilio y Manuel Concha de parte baja.


NANPUREQ

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