lunes, 1 de abril de 2024

ORBITA HUAMALIANA

 Domingo, 31 de marzo 2024

DOMINICAL

Opinión

Dario Zegarra


TENEMOS QUE ASPIRAR A GENERAR ESPACIOS NO SOLO DE GESTIÓN DE RIESGOS, TAMBIÉN DE FORTALECIMIENTO CIUDADANO HACIA LA COGESTIÓN

Cuando reflexionamos sobre la importancia del sector minero en el país, tres aspectos suelen destacar inmediatamente: su aporte de alrededor de 15% al PBI, su participación en más del 60% de nuestras exportaciones, y su efecto multiplicador a la hora de generar empleo de calidad. Sin embargo, ciertas brechas en la sociedad y en nuestro territorio aún nos invitan a pensar en mecanismos de cogestión en donde las empresas, el sector público, la sociedad y la academia definamos objetivos en común para fortalecer la institucionalidad y la cohesión social. Esa necesidad de alinearnos es lo que analiza eI Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) en su nuevo libro: “Desarrollo territorial y minería”, elaborado con el aporte de destacados especialistas como Raúl Molina, exviceministro de gobernanza territorial de la PCM; Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos; Paola Bustamante, directora de Videnza Consultores; y Darío Zegarra, primer vicepresidente del IIMP y con quien conversamos al respecto.

Siempre que estamos frente a conceptos relativamente nuevos, resulta que a veces no se logran definir correctamente, ¿qué es para usted desarrollo territorial?
El desarrollo territorial está vinculado al desarrollo humano, pero con un enfoque multidimensional, y que no es solamente económico. Tiene que ver también con aspectos fundamentales del entorno, con las potencialidades que se van alcanzando como personas y como colectivos. Es una definición que rescata y enfatiza lo territorial, porque nos lleva a reconocer las potencialidades que existen en los territorios y busca que estas pasen a convertirse en competencias. Eso nos lleva a diversificar la economía, acceder a mercados y a fortalecer y construir institucionalidad, al igual que a fortalecer la cohesión social. Entonces, la convergencia entre crecimiento económico, acceso a mercado, diversificación de la económica, el fortalecimiento institucional y la cohesión social, a eso le llamamos desarrollo territorial.

Siendo así, tal parece que construir institucionalidad será el gran desafío.
Sí, pero para nosotros los dos factores pendientes son la institucionalidad y la cohesión social. Ambos son gravitantes para sostener el desarrollo. Sino fortalecemos la cohesión social y la capacidad de ponernos de acuerdo bajo una misma visión entonces no vamos a lograr la sostenibilidad. Por lo tanto, ambos son fundamentales.



De todos modos, el concepto de desarrollo territorial parece algo nuevo o que recién se va a aplicar.
En realidad, son conceptos que se van formando en el tiempo a través de diferentes reflexiones. No sentimos que sea necesariamente una definición nueva, pero sí el énfasis que le estamos dando, sobre todo a la necesidad de articular esfuerzos deliberados para lograr un fortalecimiento institucional y cohesión social. La verdad es que el concepto es rápidamente incorporado, a las personas les hace sentido. Sin embargo, lo que queda pendiente es qué hacemos para que eso se dé. Cómo hacemos para transitar del punto A al punto B. Y ahí es donde proponemos la gobernanza territorial. Una gobernanza que debe reconocer las capacidades que tiene cada territorio. Porque no todos se encuentran en el mismo momento de su proceso o dinámica, como sociedad. Son circunstancias distintas y sus capacidades están en diferentes momentos. Hay que reconocer esas capacidades y luego tener un proceso para ir fortaleciéndolas. En el libro hablamos de capacidad de relacionamiento, de construir confianza, de tener objetivos comunes. Esas capacidades determinan el momento en el que se encuentran los territorios, pero también nos dan los indicadores de qué es lo que se debería medir para ver cómo estamos mejorando en el tiempo y cómo estamos avanzando como sociedad.

PARA NOSOTROS LOS DOS FACTORES PENDIENTES SON LA INSTITUCIONALIDAD Y LA COHESIÓN SOCIAL. AMBOS SON GRAVITANTES PARA SOSTENER EL DESARROLLO.

En el libro hablan de actores como el sector público, el sector privado y la academia. ¿Cuáles son los roles que deberían cumplir?
Creo que todos somos conscientes de la multiplicidad de actores que tenemos en el territorio. Eso es evidente. Ahora, en muchos casos los relacionamientos se han dado de manera coyuntural, por una dificultad o por una controversia que de alguna manera obligaba a los actores a juntarse alrededor de un espacio y conversar. Pero la idea es que tenemos que aspirar a generar espacios no solo de gestión de riesgos y coyunturas, sino de fortalecimiento ciudadanos, de empoderamiento de capacidades colectivas hacia la cogestión, hacia la corresponsabilidad. Necesitamos ponernos en el escenario de un objetivo que nos desafíe y nos convoque, y perseverar en el tiempo para lograrlo. Eso es lo que nos dará la capacidad para ponernos de acuerdo. Y esa capacidad que deberíamos tener como sociedad también hay que ejercitarla para desarrollarla aún más. Porque si no la ejercitamos no seremos competentes en el ejercicio colectivo para lograr institucionalidad y mayor cohesión social.

Entonces, habría que hacerles un llamado para que actúen en esa dirección.
El llamado es para comprometernos todos en la tarea deliberada y consciente de jugar en equipo. Y eso se hace en el ejercicio permanente de la colaboración, del logro de objetivos comunes y del ejercicio permanente de la rendición de cuentas. Ese es el llamado en general

FUENTE: Energiminas

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