Con el sable desemvainado
Gustavo Espinoza M.
Pareciera que la señora K. ha resuelto librar una
batalla definitiva. En otras palabras, quemar sus naves. Siente que se le
escapa de las manos la situación creada y que pueden echarse a perder sus
ilusiones –“las locas ilusiones”, como diría la canción- de entrar a Palacio de
Gobierno con la Banda Presidencial puesta, que la acredite como Mandataria de la
Nación.
En el extremo de su angustia, y bordeando la
desesperación, ,se juega, entonces dos cartas decisivas: apoya y avala al señor
Pedro Chávarry, el Fiscal de la Nación más ostentosamente comprometido en
turbios despropósitos; y pone contra la pared al Presidente Vizcarra revelando
con él dos “entrevistas secretas” celebradas entre abril y junio, a espaldas de
la ciudadanía.
Busca de ese modo “blindar” al más cuestionado
funcionario del Ministerio Público, ungido con malas artes en una elevada
cúspide; y dejar en la condición de mentiroso al Jefe del Estado, que sólo hace
45 días, negara enfáticamente el haber tenido encuentros furtivos con la
antigua vecina de la calle Bucaré.
¿Qué pretende la Emperatriz de papel con esta par de
actitudes. Por un lado, jugarse entera en defensa de quien resulta una pieza
clave para su estrategia de defensa. En efecto, del Fiscal depende quién verá
asuntos claves para ella y su esposo, el norteamericano Mark Vitto Villanella,
también involucrado en distintas truhanerías. Y por otro, herir y desacreditar
al Jefe del Estado presentándolo como alguien que busca entenderse “por lo
bajo”, y que miente y oculta sus “movidas” no sólo a sus colaboradores más
inmediatos, sino al país entero. No merece, por eso, gozar de la confianza
pública.
Por eso ha dicho, con el mayor descaro: “Pienso que sí
[debe continuar al frente de la fiscalía], porque las medidas que él está
tomando son positivas para nuestro país”, aludiendo al precario e inconsistente
titular del Ministerio Público que hoy cuenta con casi un 80% de rechazo
ciudadano.
Estas dos “cartas” a las que nos referimos, no serán
ciertamente las últimas a las que recurra en el marco de esta crisis la Señora
K. Tiene varias otras bajo la manga. Y la final –la última- será el acoso directo
a Martín Vizcarra para sacarlo del cargo en andas y sin velas, más o menos como
lo que hizo con PPK, a quien odiaba a muerte por haberla derrotado en los
comicios del 2016.
El Fiscal Chávarry tiene en sus manos asuntos muy
complejos. Por lo pronto, necesita urgentemente sacar de sus responsabilidades
en la Fiscalía a quienes se han empeñado en investigar y acusar a Keiko y a
García, ambos unidos en el fango de la corrupción. Y apartar de sus funciones
al Fiscal José Domingo Pérez y su equipo, que pusieran el dedo en la llaga en
temas cardinales que comprometen a la Mafia. Pero, además, requiere
“recomponer” el equipo de fiscales, para que nunca más nadie se atreva no sólo
a “oler” aunque sea de lejos los entuertos de la Mafia; sino también para frustrar
cualquier intento de “renovación” de la estructura jurídica del Estado.
Y Vizcarra asumió la conducción del país casi que
tomadito de la mano por la Mafia, que busca conducirlo al puerto en el que ella
abriga su esperanza.
Después se han ido aclarando algunos temas. El Fiscal
está aún más comprometido, y complicado, de lo que se suponía. No sólo que ha
hecho “cosas malas”, sino que, además, su suerte cuelga de un hilo: no depende
“del Congreso”, como dice la ”prensa grande”, sino de la voluntad de Keiko,
porque su bancada –ella sola- tiene los votos suficiente para mantenerlo, o
para echarlo. Y optará por lo primero, si le es más útil. Y no lo echará, sino
lo cambia por otro “mejor”· para ellos
Por lo demás, Keiko –la mentirosa- tiene su propia
filosofía en la materia: “las mentiras –dice- hay también que entenderlas en su
propio contexto”. Una manera curiosa de justificar las mentiras del Fiscal de
la Nación referidas a sus encuentros con la Mafia Judicial Fujimorista liderada
por el Vocal Hinostroza, hoy en desgracia.
En el tema de los encuentros furtivos, hay tela para
cortar: fueron dos, el primero de ellos, casi “protocolar”. En el segundo, ella
sacó la chaveta: quería cambiar ministros, pero eso no bastaba: pidió que se le
consultaran las medidas del gobierno antes de ser dictadas, para que ella le
diera su visto bueno. Y fue ella, por lo demás, la que pidió que estas “citas”,
fueran “reservadas”. Y más recientemente, requirió una tercera, que no fue
concedida.
Dicen que el diablo mete su cola en la última línea de
un mensaje cualquiera. Y éste pareciera el caso, porque –en efecto- como no le
fue posible alcanzar un nuevo “encuentro”, la señora K resolvió cortar la tela
por su lado, y reveló lo ya ocurrido como quien devela un secreto de alcoba.
Ahora lo que busca es que –desde las redes- los troles apro-fujimoristas hagan
cola para denostar al “Presidente mentiroso”. Así, ella no caerá sola.
Más allá de los artilugios de la pequeña merienda,
está el tema de fondo: el interés de la Mafia por llegar al gobierno a
cualquier precio. Para ese efecto, no le conviene enfrentar ningún debate
político. Tampoco, promover investigación alguna. Ni sancionar irregularidades
o delitos de una u otra naturaleza. Necesita urgentemente, que todo siga igual.
Posee maquinaria dura –la construyó laboriosamente- la que está en juego. Un
cambio de tuercas podría serle fatal.
Menos, por cierto, le conviene aceptar los puntos
planteados en la agenda del referéndum propuesto por el Presidente Vizcarra.
Eliminar la reelección congresal le significaría dejar en el establo a sus
vacas más sagradas. Y regular los aportes privados a las campañas electorales,
así como hacer luces en torno a las finanzas de los Partidos, le asoma
simplemente intolerable. Sería como abrir la olla del sancochado, para conocer
cuáles son sus ingredientes. Y eso, ¿a cambio de qué? Mejor nada.
Es claro que el referéndum no resolverá temas de
fondo. Incluso si marchara como Martín Vizcarra quiere, y se aprobaran lo que
plantea; ello no introducirá modificaciones sustantivas en la vida nacional.
Por lo menos, las que hoy necesita un país que no requiere cambios cosméticos,
sino transformaciones radicales y profundas, vale decir, mutaciones esenciales,
a partir de la raíz misma de la sociedad.
Se necesita, por cierto una, nueva Constitución,
porque la actual no solamente nos mantiene atados al “modelo” neo liberal,
culpable directo de todas las tragedias nacionales; sino que también arrasa con
la soberanía nacional y deja la puerta abierta para que las devoradoras empresas
multinacionales acaben con todos los tesoros y riqueza del país.
Lo que denunciara recientemente el congresista Manuel
Dammert, y que alude a una vergonzosa entrega del Petróleo y el Gas para
beneficio de consorcios extranjeros arrancando de cuajo las posibilidades
operativas de Petro Perú; confirma la escasa voluntad del gobierno de hacer
respetar nuestra Independencia y nuestra Soberanía, pero se arropa también en
dispositivos constitucionales hoy en boga. Y eso, es muy grave.
Hay que modificar también las reglas electorales a fin
de asegurar un real funcionamiento de la “democracia”, ésta que debemos tolerar
mientras no sea posible cambiarla por otra, más auténtica, capaz de garantizar
la participación ciudadana en la solución de los graves problemas que agobian
la República.
Que Fernando Rospigliossi –reconocido vocero de la
embajada de los Estados Unidos- ironice con el Jefe del Estado y que encuentre
“sitio” para expresarse, gentilmente cedido por Berto Ortiz y Cecilia
Valenzuela, constituye un indicador adicional. Muestra que la representación
diplomática de USA vuelve a jugar una carta peligrosa; le desestabilización
política del país cuando el gobierno actual o muestra el mismo entusiasmo de PPK en la “batalla” contra la Venezuela Bolivariana.
FUENTE: LyD
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