ORBITA HUAMALIANA

Domingo, 7 de abril 2019
Opinión
 Edmundo LPanay Lazo

¿Qué es lo que queremos: regionalización o descentralización?

Es bueno dejar en claro que no toda regionalización es descentralista. Se efectúan las regionalizaciones con diferentes propósitos: Actualmente el país está dividido en regiones ya no en departamentos. Pero eso no significa que el Perú esté descentralizándose. El proceso de descentralización en el Perú terminó en abril de 1992 cuando fueron liquidados los gobiernos regionales y fueron reemplazados por los gobiernos transitorios. Desde ese momento se inició un proceso de regresión centralista o de recentralización que continúa hasta ahora. El hecho que hayan elecciones para los gobiernos regionales no significa que haya una práctica descentralista, es sencillamente para legitimar el recentralismo.
La descentralización implica la existencia de autonomía económica, administrativa, fiscal, financiera, política ligada a un proyecto de desarrollo regional, donde lo regional implique la existencia de regionalismo.

Una región para el desarrollo no es una construcción legislativa o legal, la región no se construye en un mapa o en un papel. La región es producto de un proceso histórico en el que han confluido elementos naturales, culturales, económicos, sociales y políticos que se han ido integrando y reconociendo a través del tiempo, es decir que han ido creando un sentimiento llamado regionalismo, que es el alma de la región, “no hay región sin regionalismo”, nos decía el estudioso Flores Galindo.
Eso significa que el regionalismo crece con la existencia de una historia y una tradición común. Eso lo debemos tener bien claro, porque nuestra demarcación departamental, ahora denominada regional, no constituye una verdadera región y debemos identificar cuales son nuestras fortalezas y debilidades frente al propósito de desarrollarnos y consolidarnos como una región.
Y creo que nosotros debemos apuntar a la forja de una verdadera región, que sea producto de un proceso histórico como anotamos y para eso debemos trabajar en la vía de lograr nuestra verdadera identidad, que parta de nuestros cimientos culturales desde Lauricocha pasando por la cultura Kotosh, los Yarowilcas hasta llegar a la estación del mestizaje.