lunes, 5 de abril de 2021

ORBITA HUMALIANA

 Lunes, 5 de abril 2021

Congresistas huanuqueños: callejón sin salida

Andrés Jara Maylle

¡Huanuqueños, crucen los dedos, toquen madera, chacchen todos los días, rueguen a todos sus santos, lo que se viene en estos días será de película! Claro que sí.

Ya está dicho: en una semana más sabremos concretamente quienes serán los dos candidatos a la presidencia que pasarán a la segunda vuelta. Pero lo más importante es que, al mismo tiempo, sabremos también los nombres de los congresistas “huanuqueños” que nos “representarán” durante los próximos cinco años; es decir, hasta el 2026.

Y como nosotros somos masoquistas reincidentes, pues cada lustro nos empecinamos, nos flagelamos y hasta lloramos defendiendo y eligiendo a los peores, sería bueno que recordemos a quiénes hemos elegido durante los últimos veinte años. Solo eso, porque si retrocedemos hacia más atrás la vergüenza sería mayor y hasta puede devenir momentos de arcadas indetenibles reconociendo lo que hicimos sin hacer trabajar a nuestras neuronas.

En los últimos años diversas mafias, grupos pandilleros y salteadores descarados quisieron (y quieren) apoderarse de este reino llamado Perú.

En el 2001, seducidos por el ímpetu reivindicativo de Toledo, el mismo que negó a una de sus hijas, elegimos a Ernesto Aranda Dextre, Santos Jaimes Sercovich y a Kuennen Francesca Maraboto. Los dos primeros pertenecían a Perú Posible y el tercero a la Alianza Electoral Unidad Nacional. Lo único en común entre estos tres ciudadanos es que ninguno ha dejado huella alguna (positiva, en todo caso) de su paso congresal, salvo algunos escandaletes provincianos e intrascendentes; ninguno de ellos, distraídos lectores, ha sabido ubicarse a la altura de las circunstancias. Para llorar.

En el 2006, periodo del segundo gobierno aprista, fueron elegidos otros tres padres de la patria huanuqueños (o mejor dicho, dos madres y un padre): Karina Beteta, Yaneth Cajahuanca y Aníbal Huerto. Huerto, de las canteras apristas, hoy se ha esfumado políticamente y hay mucha gente que ha olvidado que él en algún momento fue congresista. Igual sucede con Yaneth Cajahuanca, aunque muchos recuerdan solamente su pelea a trompadas en pleno congreso con gente que no coincidía con sus arrestos populistas y demagogos: pobre señora, pensó que tenía una tonelada de poder para hacer lo que quisiera. Por su lado, Karina Beteta, por esa época empezó su fulgurante carrera (o trepada, según el gusto) política. Aquella vez no era todavía la furibunda y jactanciosa fujimorista que es hoy. Esa mutación se vería en el siguiente proceso electoral.

En el 2011, con la izquierda entera apoyando a Ollanta Humala, alias Cosito, se eligieron a Josué Gutiérrez, Carmen Omonte y Alejandro Yovera. Los dos primeros de triste recordación por su pusilanimidad y dependencia vasalla hacia la ese entonces famosa primera dama Nadine Heredia. Estos dos personajes se olvidaron que los huanuqueños los habían elegido y solo se dedicaron a caminar detrás de sus jefes cargándoles los sacos para recibir las migajas de ese poder efímero. Por su lado, Yovera, fujimorista e inepto para todo, hizo lo que sus alturas y facultades intelectuales daba: comportarse como un bribón descuidado; a tal punto que en junio del 2015, antes de terminar su mandato fue desaforado y reemplazado por la ahora sí fujimorista “confesa”: Karina Beteta.

Y si creíamos con todo este listado que ya estaríamos curados de nuestro consabido masoquismo (o tal vez nulidad o apatía) y que ya podíamos elegir mejor a nuestros representantes, nos equivocamos en redondo. Veamos para convencernos.

Llegó el 2016 y ¿a quiénes elegimos? Pues para variar nuevamente a Karina Beteta, Guillermo Bocangel y Rogelio Tucto: un trío de “polendas”. Beteta y Bocangel por el fujimorismo (keikista y albertista: a eso habíamos llegado) mientras que Tucto, por la izquierda. Como ya es sabido por todos ustedes, despreocupados lectores, el fujimorismo con sus más de setenta representantes quiso gobernar desde el Congreso, allanando cualquier camino democrático. Su poder fue tanto que los enloqueció y ni siquiera supieron administrarlo, a tal punto que la escisión estaba a la vuelta de la esquina. En un abrir y cerrar de ojos, y ante un descuido de sus líneas, Bocangel fue desaforado (triste figura inaugurado por Yovera) ingresando en su reemplazo un tal Campos, quien nadie recuerda y a nadie inspira.

Pero como ya saben sobradamente ustedes, indiferentes lectores, en los últimos años diversas mafias, grupos pandilleros y salteadores descarados quisieron (y quieren) apoderarse de este reino llamado Perú. Y guiados por su hambre incontenible de poder y de dinero estaban llevando al país al despeñadero puro. En esos vaivenes y líos entre lagartos, serpientes, hienas, dragones y harpías, un congreso entero fue expectorado (o excretado) y entonces nos obligaron a ir a una nueva elección extraordinaria de congresistas. ¿Y a quiénes elegimos los huanucoños, esta vez? Pues a otro “trío de polendas”: a Willmer Bajonero, Yessi Fabián y Luzmila Pérez. Estos tres individuos también pasarán al inexorable olvido; en uno años, acaso meses, nadie los recordará y solo les quedará el ligero sabor a miel que degustaron en su paso efímero e intrascendente por el poder. Cada quien hace lo que no puede y tal parece que su mejor mérito es estar calladitos pues si abren la boca pueden decir lo que no deben. Pobre Huánuco.

Por eso, masoquistas lectores míos, tienen seis días para pensar bien. Digo, es un decir…

Huánuco, 4 de abril del 2021.

FUENTE: Pagina 3

 

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