domingo, 29 de marzo de 2020

ORBITA HUAMALIANA

Domingo, 29 de marzo 2020

DOMINICAL

China lanza la «diplomacia de las máscarillas» para mejorar su imagen

Por: Pablo M.Diez  ABC
Hasta que se descubra una vacuna contra el coronavirus, no podremos volver a movernos alegremente por el mundo como antes. En ese planeta globalizado, que ahora se está parando con un tercio de su población encerrada en sus casas, China rivalizaba con Estados Unidos por la hegemonía mundial y ofrecía a los países emergentes una alternativa de desarrollo muy diferente a las democracias occidentales. Pero su imagen ha quedado muy dañada por el estallido de la epidemia en Wuhan, que las autoridades intentaron ocultar silenciando a los médicos que alertaron de la nueva enfermedad, y su supuesto origen en un mercado donde se vendía y comía todo tipo de animales. Aunque todavía está bajo investigación porque algunos primeros casos no están relacionados con dicho mercado, se sospecha que allí mutó el coronavirus,
procedente de los murciélagos, y pasó a otra especie antes de infectar al ser humano. A la espera de encontrar cuál fue el animal intermedio, eso es lo que ocurrió hace casi dos décadas con el SARS, que también se originó en un mercado de animales de China y provocó otra epidemia global.
Pero esta, ya convertida en pandemia, es muchísimo más grave y amenaza con provocar la mayor catástrofe sanitaria y económica de nuestra generación. Un daño del que muchos culpan al autoritario régimen chino por su opacidad habitual y por no haber sido un socio fiable en la comunidad internacional. Si bien es cierto que el cierre de la provincia de Hubei y la paralización total del país ralentizó la propagación del coronavirus por todo el mundo, la duda está en saber si la pandemia se podría haber evitado si la Policía de Wuhan hubiera escuchado, en lugar de reprendido, a los médicos que avisaban de la enfermedad, como el difunto doctor Li Wenliang.
Tampoco ayudó, por supuesto, la inacción de Occidente, que minimizó la peligrosidad del coronavirus comparándolo con una «simple gripe» para no dañar la economía. Una irresponsabilidad que ya están pagando Italia y España y que ha pillado con el paso cambiado a la UE, donde Alemania, que envió ayuda a China al estallar la epidemia, se apresuró a prohibir la exportación de sus mascarillas y ventiladores de respiración asistida cuando llegó al Viejo Continente.

Aplicando bien el doble significado del caracter «crisis» en mandarín, peligro y oportunidad, el siempre habilidoso régimen chino está aprovechando el control del coronavirus en su territorio para enviar ayuda médica a otros países en apuros. En las dos últimas semanas, ha mandado toneladas de máscaras, guantes, trajes de protección y máquinas respiradoras y hasta equipos médicos a países como Italia, la República Checa, Grecia, Francia y España. Solo una pequeña parte son donaciones, porque en la mayoría de los casos se trata de ventas. Pero en estos momentos, y con los gobiernos y hasta regiones de un mismo país pugnando por comprar material sanitario en la «fábrica global», hasta eso es ya un auténtico lujo.
Cuando la ministra de Exteriores española, Arancha González Laya, llamó a mediados de mes a su homólogo chino, Wang Yi, este le prometió «urgentemente un lote de asistencia (de suministros médicos) basado en las necesidades de España y abrir los canales comerciales para que España importe el equipamiento de protección personal que necesita y material sanitario», informaba Xinhua. Tras la posterior conversación telefónica entre Xi Jinping y Pedro Sánchez, la donación china llegó a España el domingo: 834 kits de diagnóstico para 20.000 personas, 50.000 mascarillas, 10.000 batas, 10.000 gafas de protección, 10.000 pares de guantes y 10.000 pares de cubrezapatos. Así lo anunciaba en Twitter la Embajada china en España con la bandera de ambos países, el estribillo de una famosa canción y un viejo proverbio: «El sol siempre aflora tras el viento y la lluvia. Las dificultades hacen aflorar los verdaderos sentimientos». A esta donación estatal se suman otras particulares de multinacionales chinas como Alibaba, que ya ha enviado 500.000 mascarillas y mandará también kits para detectar la enfermedad Covid-19, y Huawei, que ha regalado un millón de máscaras.
Con toda esta «diplomacia de las máscaras», China vuelve a cultivar su «poder blando» y será difícil que las naciones a las que está ayudando ahora se resistan a sus demandas en el futuro. Además, mejora su imagen frente a EE.UU., donde los bandazos de Trump amenazan con desatar una catástrofe, e incluso la UE, de nuevo criticada por no coordinar una respuesta conjunta a la pandemia. Intentando reescribir la historia, Pekín ya está diciendo que el coronavirus pudo haberse originado en otro país y da pábulo a las teorías de la conspiración que culpan al Ejército estadounidense.

«Militares encubiertos»

¿Servirán todos estos esfuerzos para que China limpie su imagen tras la debacle global que causará la pandemia? Para Jean-Pierre Cabestan, profesor de Política de la Universidad Baptista de Hong Kong, «China está tratando de limpiar su imagen proporcionando equipamiento y asistencia a Europa y otros países con necesidades o poco preparados para hacer frente a la epidemia. Lo hace para mejorar su imagen y aislar a EE.UU. y, además, para intentar obtener toda la información posible sobre el virus, ya que en algunos equipos médicos hay doctores encubiertos del Ejército para ganar la carrera internacional por la vacuna. Pero esta competición convencerá a más gente en todo el mundo de que China solo está interesada en el poder político y en debilitar a Occidente en general y a EE.UU. en particular».
A pesar de esta «diplomacia médica», Cabestan cree que China saldrá más debilitada de la crisis porque «el Gobierno permitió que siguiera el mercado de animales salvajes de Wuhan y otros lugares, facilitando la transmisión de virus de murciélagos a los humanos, y luego encubrió la epidemia, dejando que cinco millones de personas salieran de Wuhan e infectaran a mucha gente por todo el mundo». A su juicio, China también perderá poder porque «su economía ya está seriamente afectada y no se recuperará en algún tiempo. Además, el país se prepara para otra ola de contagios, esta vez procedente del extranjero». Hasta que se descubra una vacuna, este será el mundo poscoronavirus.

Post Data para nuestros lectores
  • ¿Cómo se propaga el coronavirus?

    Parece propagarse muy fácilmente de persona a persona, especialmente en hogares, hospitales y otros espacios confinados. El patógeno se puede llevar en pequeñas gotas respiratorias que caen a medida que se tosen o estornudan. También puede transmitirse cuando tocamos una superficie contaminada y luego tocamos nuestra cara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario