SEÑALES
Análisis de la Gestión del Gobernador Regional de Huánuco Ruben Alva
El nuevo gobierno de la región ya va por su decimoprimer mes de gestión. Una gestión, dicho sea de paso, difícil si se tiene en cuenta el estado calamitoso en que lo encontraron: con deudas, con obras licitadas sin respaldo presupuestal, con obras paralizadas, etc., etc.
Lo concreto es que gobernar una región tiene sus propias particularidades, sus bemoles, sus vaivenes, sus silencios y todo va a depender del pulso firme, del liderazgo y del ritmo que imprima el líder; es decir, el gobernador que la mayoría ha elegido.
También es cierto que las decisiones que se toman no siempre van a contentar a todos. Algunos, acaso por intereses personales, sentirán que son los desfavorecidos, mientras otros considerarán que dichas decisiones son buenas posibilidades.
Del mismo modo, es significativa la actitud que asuma el órgano de gobierno más importante: el Consejo Regional. Teniendo en cuenta que ellos fueron elegidos para ostentar una representatividad, para fiscalizar y para legislar.
Los consejeros que representan a cada una de las provincias huanuqueñas tienen las mismas responsabilidades en el éxito o fracaso de un gobierno, porque, quiérase o no, ellos son parte de un colegiado y son integrantes de una gestión en un período determinado.
Lo que hagan o dejen de hacer, lo que dicen o callan, lo que muestran o esconden, repercutirá de manera directa o indirecta en el proceso de desarrollo regional.
Son once meses de gobierno, acaso de aprendizaje; o tal vez como una forma de acumular fuerzas para un despegue trascendente el próximo año, que es lo que todos esperamos. Lo cierto es que el tiempo cruel pasa y, como en un abrir y cerrar de ojos, la nueva gestión muy pronto cumplirá una año.
Y si bien no hay todavía (toco madera para que no suceda) problemas mayores o escándalos ruines, preocupa eso sí, la aparición de algunas fisuras, tal vez algunas resquebrajaduras que, esperamos, se subsanen pronto con el diálogo y la transparencia.
Por ejemplo, días atrás, nada menos que el consejero delegado, pidió la cabeza de la administradora general. No conozco con detalle los embrollos de dicho consejero pero creo que antes debió conversar con el gobernador y definir mejor su aireado reclamo
Otra señal que también preocupa es justamente la actitud mezquina del consejo regional al no aprobar el viaje del Gobernador hacia Israel, país al que había sido invitado oportunamente. Y todo ello, aludiendo razones si no tan convincentes, por lo menos no tan determinantes. Es evidente que en una gestión no solo el gobernador, sino también los consejeros, los funcionarios y los empleados deben viajar a capacitarse, a conocer otras realidades, a aprender de otras gestiones y a asimilar nuevas experiencias. Es decir, para nutrirse de otras vivencias que puedan enriquecer nuestra visión de gobierno. Para ello deben servir esos viajes y, creo, que en ningún caso deben existir oposiciones, salvo, claro está, de una flagrante mentira o desfachatez.
Otro hecho preocupante es la renuncia a la gerencia de Desarrollo Social (una de las más complicadas de toda la administración) de Gustavo Alvarado, un cuadro importante en la estructura del MIDE, agrupación que llevó al poder al ingeniero Rubén Alva. Dicha renuncia, según versiones periodísticas sucedió, entre otras razones, por el abrupto e inconsulto cambio del director del Hospital Regional.
El cambio y la consecuente renuncia, dicen los que están cerca al poder, movió los cimientos de la estructura gerencial.
Todos estos detalles ojalá sean solo, eso: fisuras que con el paso del tiempo acaben cerrando. De lo contrario puede convertirse en un peligroso precedente. Y lo decimos por la sencilla razón de que no queremos que este gobierno fracase, como fracasaron los anteriores. Huánuco no podría tolerar semejante destino. Ojalá que, cuando de tomar decisiones se trate, el objetivo más importante sea Huánuco, pueblo milenario y generoso.
FUENTE: Ahora
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